En la crisis del COVID-19 hemos perdido seres queridos y también objetos (trabajos, empresas, expectativas, certezas, estatus socioeconómico…). Es el acto de reflexionar, decía Cicerón, lo que puede mitigar el dolor, y no el simple paso del tiempo (Cicerón, 44 a.C.). El paso del tiempo puede ser un aliado en un trabajo de duelo que, ineludiblemente, tendremos que afrontar. Este trabajo de duelo consistirá en una reorganización. Tendremos que aprender a perder, a dejar ir a la persona u objeto. Tendremos que reorganizar las identificaciones que conforman nuestra identidad, los basamentos de nuestro amor propio y nuestras relaciones de satisfacción con el mundo. No perdemos sólo a una persona querida, sino también lo que esta persona significa para nosotros: el motivo de levantarnos cada mañana, el sentido de nuestra vida… Igualmente, al trabajo suele ir asociada nuestra identidad, nuestro amor propio, nuestros sentimientos de valía personal… Podemos empezar por preguntarnos, ¿qué signif...