¿Cómo salir airoso de una discusión?




Estrategias ante conflictos



 Técnicas concretas para afrontar discusiones o conflictos:

Pueden emplearse las respuestas asertivas en las discusiones, pero además hay otras estrategias de comunicación externa, todas pueden combinarse entre sí.

A veces ante una discusión o conflicto nos bloqueamos y no sabemos cómo responder.

No se nos ocurre cómo podemos no entrar en provocaciones, o en el “juego” del otro, si intuimos que pretenden manipularnos o desviar la atención del tema importante: tener en mente estas estrategias y practicarlas puede ser útil en estas situaciones, así que aquí os dejo la “chuleta”.
Las técnicas más destacadas ante las discusiones y conflictos son:



1. Técnica del disco rayado (o disco roto).

La técnica del “disco rayado” se trata simplemente de repetir nuestro punto de vista una y otra vez, en un tono calmado, sin entrar en las provocaciones que puedan hacernos ni en más discusión.

Mantenernos firmes repitiendo nuestra postura una y otra vez (es importante el tono de voz calmado al hacerlo). Funciona bien con personas insistentes, y con niños, es una manera de mantener los límites.



Ejemplo:

– Venga, vamos a tomarnos la última copa a otro sitio.

– No, la verdad es que prefiero ir a casa, ya he bebido bastante y estoy cansado.

– ¡Venga hombre! no seas aguafiestas!

– Me lo he pasado muy bien, pero ahora realmente prefiero irme ya a casa.

– Ala! que cortarrollos que eres, una más, veeeengaa.

– No, en serio, prefiero irme a casa.

– Andaaa una más, que te cuesta, veeengaaa.

– No insistas, en serio, prefiero irme a casa.



2. Técnica del “banco de niebla” o “claudicación simulada”.

Se trata de dar, en parte, la razón al argumento de la otra persona; bien por la posibilidad de que pueda haber algo de cierto, o bien de forma “simulada”para no entrar en una batalla inútil, para luego exponer nuestra postura de forma clara. Funciona muy bien con la gente “cabezota” o con una actitud desafiante;)

En definitiva: dar parte de razón, pero manteniéndonos firmes en nuestra postura.


Por ejemplo:
-” Hijo, ¿has bajado la basura?”
– “No, ¡si es que no me lo pediste!”

Aquí en lugar de entrar en discusión sobre si se lo habías pedido hace una hora o no, discusión que no llevará a nada, podemos aplicar el “banco de niebla”:

-“ Puede que a lo mejor no te lo pidiese, pero sabes que es tu responsabilidad bajar la basura cuando sacas al perro por la noche, no hace falta que te lo diga.”



Otro ejemplo podría ser:
– “¿Me acompañas mañana al dentista a las 17h? ya sabes que me pongo muy nerviosa y necesito que me acompañe alguien.”
-“Si, ya se que te pones muy nerviosa y que prefieres que te acompañen, pero tengo una reunión trabajo y no puedo salir antes, no podré acompañarte”
-“¡Eres un egoísta y un desconsiderado por no acompañarme! ya sabes lo mal que lo paso!”
-“Puede que parezca un desconsiderado, no es mi intención, y ya sé lo mal que lo pasas en el dentista: pero es que realmente no puedo acompañarte, lo siento mucho.”



3. Aplazamiento asertivo

Esta técnica es muy útil ante un ataque directo, cuando la otra persona se muestra agresiva, o cuando uno se siente presionado o abrumado por la situación. Se trata de aplazar la respuesta o la discusión a otro momento en el que la situación sea más calmada o para darnos tiempo a reflexionar sin sentirnos presionados.

Por ejemplo ante una situación en la que nos presionan:
– “¡La oferta que le ofrezco es una oportunidad única, ha de firmar el contrato ahora, y así se lo tramitaré a tiempo antes de que se acabe la oferta!”
– “Entiendo que puede ser una buena oportunidad, pero no puedo decidir ahora, prefiero pensarlo con calma y le diré algo mañana.”

(si la persona insiste – lo más probable- podemos combinarla con el banco de niebla y el disco rayado)
-” ¡¡Pero es que cuanto antes mejor, porque la oferta tiene un nº limitado de suscriptores, sería una tontería no aprovecharla ahora, si firma aquí se lo activo hoy mismo!!”
-“Puede que sea una tontería no firmar ahora, pero realmente no puedo tomar una decisión en éste momento y prefiero pensarlo con calma y contestarle mañana.”

Otro ejemplo podría ser ante una agresión directa:
“¡Tú siempre igual! ¡¡eres un idiota!!”
“Mira, nos estamos poniendo nerviosos, no tolero que me insultes y no quiero discutir, mejor hablamos en otro momento cuando estemos los dos más tranquilos”


4. Técnica de la pregunta asertiva.

Se trata de convertir lo que nos recrimina la otra persona en una crítica constructiva: dándole la vuelta y viendo qué ponemos sacar como conclusión o qué podemos aprender de ello. No importa si el reproche que nos hacen ha sido con buena o mala intención: buscaremos que el interlocutor nos explique cuáles son los argumentos concretos que le llevan a hacernos ese reproche y tener claro qué nos está demandando exactamente. (Luego ya decidiremos si cambiar o no, o con qué quedarnos.)

Por ejemplo:
-“¡Es terrible trabajar contigo, eres un desorganizado!”
-“Vaya, pues a lo mejor puedes ayudarme a mejorar este tema: ¿cómo crees que podría organizarme mejor?¿en qué cosas notas que soy un desorganizado?”




5. Técnica para procesar el cambio.

Esta técnica es útil cuando se está subiendo el tono de la conversación o vemos que no se llega a ningún sitio con la conversación. Consiste en “salir fuera” del argumento del que estemos hablando y exteriorizar lo que está pasando en ese momento, como si nos viéramos desde fuera, y centrándonos en los hechos de forma objetiva, para ofrecer una solución o hacer una demanda al respecto.


Por ejemplo:

– “Llevamos más de media hora dándole vueltas a lo mismo y diciendo lo mismo una y otra vez, creo que ya hemos agotado el tema, estamos cansados, y no merece la pena seguir dándole vueltas.”
– “Nos estamos saliendo del tema principal y entrando en reproches y acusaciones que no aportan nada a la discusión, retomemos lo que estábamos hablando de forma más calmada.”
-” Estamos gritando y esto se está saliendo de madre, mejor postergamos la discusión para cuando estemos más tranquilos”
-“Tenemos que hacer una planificación de cómo desarrollar el proyecto, y llevamos rato hablando de temas superfluos, intentemos centrarnos en lo importante y terminar la planificación.”


Por último: ¿qué podemos hacer ante un ataque verbal directo?

Evidentemente por muy asertivos que seamos no siempre podemos evitar situaciones en las que los demás nos agredan o amenacen.



¿Qué hacer ante agresiones verbales directas o amenazas?

De cara a las agresiones verbales directas lo mejor es “no entrar al trapo”, ignorar, y poner límites (habréis oído eso de “dos no pelean si uno no quiere”)

No debemos tolerar en ningún caso las agresiones, para ello debemos dejar claro que nos están faltando el respeto y eso no lo toleramos, poner límites y no entrar en las provocaciones de la otra persona (si, ya sé que a veces no es fácil, requiere un buen autocontrol… )

Si vemos que no se puede reconducir a un tono más amable la conversación, o vemos a la otra persona “perder los papeles”, lo mejor es cortar completamente la comunicación.



Lo importante es ser inflexible en estas situaciones, poner límites y no tolerarlas.

Para poner límites:

– Podemos utilizar la respuesta asertiva elemental por ejemplo: “Te estás pasando, esa burla me duele, no te burles así de mí”. “No me grites por favor, yo no lo estoy haciendo, háblame en un tono calmado”, “No me amenaces, así no resolvemos nada, busquemos soluciones sin entrar en provocaciones.”

Cortar la conversación ante un ataque puede hacerse de distintas maneras.


Ignorando:

“No voy a prestarte atención si me hablas de ese modo”
“No pienso contestarte hasta que me pidas las cosas de forma educada”

Cortar la conversación o irse:

“No tolero que me traten así, me estás faltando el respeto y no voy a seguir hablando contigo mientras me agredas. Me voy a mi casa y cuando estés calmado volvemos a hablar.”
“Mira, estás alterado y no voy a tolerar que me grites, voy a colgar y cuando estés más tranquilo volvemos a hablar”

Usar la ironía:

– “¡Todo es culpa tuya! me has arruinado la vida!”
– “si, justamente es lo que pretendía, hacer todo lo posible para arruinarte la vida” ( OJO: aquí es muy importante el tono que usemos al hablar, para que no sea tomado por una provocación agresiva.)

Un tema importante a la hora de aplicar estas técnicas son los aspectos no verbales: que nuestra postura, gestos, y mirada transmitan seguridad pero sin ser agresivos: hablar de forma calmada, con voz firme pero educada y sin gritar, hablando despacio. Evidentemente se trata también de adaptar las técnicas de comunicación a nuestro estilo y lenguaje propio, que no suene “artificial”. Para ello se trata de ir practicando 😉




También puede ser necesario a veces trabajar técnicas internas: es decir, nuestros esquemas mentales, diálogos internos, convicciones, y razonamientos que pueden estar afectando a nuestra forma de comunicarnos con los demás. 

Artículo publicado en Psicología Estratégica
 

Comentarios

Entradas populares de este blog

La Sexalescencia.

Presidentes republicanos - presidentes demócratas. Crítica.

Donald Trump: prototipo del hombre sin escrúpulos.