Cuando ganan los malos

¿Cómo es posible que un individuo como Donald Trump sea reelegido como presidente?

¿Es un buen gestor de la economía? Nada de eso. El crecimiento de la economía con Trump ha sido el segundo más bajo desde Hoover (1929). Su mandato terminó con muchos menos empleos de los que había a su llegada. Con Trump se destruyeron más de 20 millones de empleos. Si embargo, con el presidente Biden se crearon 16 millones de puestos de trabajo. Trump dejó una tasa de paro del 6,7 %. Biden ha bajado la tasa por debajo del 4% en todos los meses de su mandato. El PIB con Trump cayó por debajo del 2% y solo al final logró un 5,5 %. Con Biden la economía ha crecido un 15,5%. Con Trump los sueldos no subieron. Con Biden han subido un 10%.

¿Es por su carisma personal? Trump amansó una gran fortuna con medios que rozaban la criminalidad. De hecho se vio implicado en más de 6.000 casos de estafa. Está implicado en casos de abusos sexuales y violación. Como presidente ha apoyado a los dictadores en muchos países y se ha servido de los servicios secretos rusos para sus fines personales. En la pandemia trató de ridiculizar los tratamientos y las vacunas y su gestión fue nefasta ocasionando grandes cifras de muertos. Ha derogado las medidas que se habían logrado para detener el avance del cambio Climático. Trató de revertir los resultados de las elecciones que dieron la victoria a los demócratas organizando un asalto al Capitolio y tratando de anular los resultados electorales en muchos condados con sus equipos de abogados. El 70% de su programa electoral eran simples mentiras.

Mentiras, he aquí la clave de una victoria. Trump se ha valido sistemáticamente de la mentira para logar apoyos. Cuenta con equipos que difunden sus bulos, entre ellos la colaboración de Elon Musk (X. Twitter). Cuenta con la ayuda de los hackers rusos para desplegar falsas informaciones en todas las redes sociales (Estos hackers han atacado numerosas veces los sistemas electorales americanos). Trump ha responsabilizado de sus malas políticas a los más pobres y a los inmigrantes creando enemigos ficticios.

El mundo debe organizarse mejor para impedir que la mala gente logre fácilmente el acceso al poder. La Democracia no puede permitir que estén en el poder aquellos que no respetan las reglas y que solo buscan un beneficio personal.